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Los cambios en los modelos de negocios ocasionan la deslocalización de los servicios. La concepción generalizada de prestar un servicio en un único establecimiento es una idea antigua, pues en la actualidad, las economías de escala y la revolución industrial/digital en la que estamos sumergidos propician que actividades económicas sean llevadas a cabo materialmente en más de una jurisdicción.
En este punto, nos encontramos ante el concepto de Establecimiento Permanente (EP), pues es el que en mayor medida determina la sujeción de las actividades económicas a una jurisdicción.
¿Qué debemos entender por establecimiento permanente?
A efectos tributarios, el establecimiento permanente es el lugar fijo de negocios a través del cual el operador económico realiza toda o parte de su actividad económica. Entender el concepto es crucial para determinar la obligación tributaria de entidades o personas físicas no residentes que operan en un país.
Traemos a colación la Consulta Vinculante de la Dirección General de Tributos de fecha 16 de octubre de 2024, en la que una persona física residente fiscal en España, ejerce en nuestra jurisdicción actividades contables como profesional independiente en Venezuela, conectándose en remoto desde su ordenador en España a un sistema de contabilidad instalado en un ordenador de su propiedad situado en Latinoamérica.
El criterio: el equipo informático permanece en un determinado lugar
Lo relevante de la consulta es el criterio que emplea la DGT para analizar la doble imposición en España por el impuesto soportado en Venezuela, pues resulta de aplicación el Convenio entre ambos Estados para evitar la doble tributación de 2003. De conformidad con la norma, los beneficios de una empresa pueden estar sujetos a tributación en uno de los Estados, salvo que quien realice su actividad en el otro Estado goce de un establecimiento permanente situado en dicha jurisdicción.
A efectos de la norma, el término “establecimiento permanente” implica un lugar fijo de negocios mediante el cual una empresa realiza la totalidad o parte su actividad. Así pues, abarca la existencia de un lugar de negocios (pensemos en instalaciones o en determinados casos, maquinaria o equipo) el cual es fijo (establecido en un lugar determinado y con cierto grado de permanencia). Así pues, el lugar de negocios puede estar constituido por un puesto dentro de un mercado o por determinado emplazamiento utilizado de manera permanente en un depósito aduanero o incluso en instalaciones de otra empresa (sería el caso de una empresa extranjera que tuviera permanentemente a su disposición determinados locales, o parte ellos, pertenecientes a otra empresa, por citar algunos ejemplos).
Por ende, el lugar de negocios debe ser fijo y, en consecuencia, existirá una vinculación entre el lugar de negocios y el punto geográfico, resultando irrelevante el período durante el cual una empresa opera en la otra jurisdicción si no realiza las actividades en dicho lugar, pues no significa que el equipo que constituye el lugar de negocios deba estar materialmente fijado al suelo, sino que permanezca en un determinado lugar. Tampoco es condición indispensable que la actividad tenga carácter productivo para hablar de establecimiento permanente, sino que debe realizarse de manera regular.
A su vez, pueden ser considerados establecimientos permanentes los equipos informáticos cuando las actividades de la empresa son realizadas mediante éstos, limitándose la actividad del personal a la instalación, manejo, control y mantenimiento de los equipos.
Restricción de la definición de Establecimiento Permanente
Ahora bien, en el supuesto de que las actividades revistan carácter auxiliar o preparatorio, se restringe el carácter general del alcance de la definición de establecimiento permanente. Se entiende que dichos lugares de negocios pueden perfectamente contribuir a la productividad de la empresa, pero los servicios que prestan están tan alejados de la obtención del beneficio que resulta difícil asignarles parte del mismo.
¿Y qué actividad tiene carácter preparatorio? Pues aquella que es realizada con la perspectiva de la ejecución de la parte esencial y significativa dentro de la actividad del conjunto de la empresa. Antecede a otra actividad y sirve de apoyo, sumado a que suele ser llevada a cabo durante un corto periodo, determinado por la naturaleza de la actividad principal. Se entiende que es poco probable que una actividad que precisa una proporción importante de activos pueda ser considerada como actividad auxiliar.
En definitiva, la DGT concluye que, para considerar como establecimiento a efectos tributarios un ordenador, no debe trasladarse de su emplazamiento durante un período amplio, la empresa debe realizar su actividad mercantil a través del equipo informático sin requerir imprescindiblemente presencia de personal, que se goce de título legitimador sobre el dispositivo y que la actividad a través del ordenador sea de carácter principal y no auxiliar.
En este caso concreto la conclusión alcanzada por la DGT es, que pese a que el ordenador ubicado en Venezuela alberga el programa informático que contiene el sistema contable, la actividad tiene carácter auxiliar, porque no es realizada per se ninguna actividad relacionada con el servicio de contabilidad, por lo que el establecimiento permanente es en España y únicamente en nuestra jurisdicción se ha de tributar.
