¿Qué es una Fintech y por qué es importante el Sandbox?

Concepto de Fintech

La expresión “Fintech” procede de la contracción de finanzas (finance) y tecnología (technology) en inglés y hace referencia al uso de la tecnología en el mundo financiero, englobando cualquier actividad financiera apoyada en la tecnología: prestación de servicios de pago, asesoramiento, inversión, promoción de financiación, etc.

El actual auge de la tecnología financiera, que está alterando el sistema financiero a través de la innovación, surge tras la creación de una serie de distintos avances tecnológicos como:

La inteligencia artificial.
La tecnología de registros distribuidos.
La tokenización.

Estos avances permiten nuevas posibilidades de alteración, como los pagos móviles, la banca abierta, las monedas virtuales y el asesoramiento automatizado.

La tecnología financiera puede proporcionar muchos beneficios, como la reducción de costes, el aumento de la eficacia, una mayor transparencia, democratización financiera…, pero también conlleva riesgos e inseguridad, que deben ser previstos por las normativas correspondientes.

¿Qué es el Sandbox?

Se trata de un espacio tecnológico delimitado y controlado por las autoridades que, lo ponen en funcionamiento y que permite a las Fintech probar proyectos novedosos en los que utilicen innovación tecnológica con clientes reales. El lanzamiento de estos proyectos por empresas del sector financiero, que está altamente regulado, acarrea grandes dificultades ya que el uso de estas nuevas tecnologías no encaja bien con el marco regulatorio existente. Por ello, es de gran utilidad el SANDBOX como espacio de pruebas para las Fintech en un entorno seguro y controlado por las autoridades.

La Ley 7/2020, de 13 de noviembre, para la transformación digital del sistema financiero, regulaba un entorno controlado que permitía llevar a la práctica proyectos tecnológicos de innovación en el sistema financiero con pleno acomodo en el marco legal y supervisor, respetando el principio de no discriminación.

De esta forma, entró en vigor en España un espacio controlado de pruebas (sandbox) que facilita la puesta en marcha y supervisión de proyectos de innovación tecnológica, para aquellas empresas que cumplan con una serie de requisitos previstos en el artículo 5 de esta ley:

Que, aporten una innovación de base tecnológica aplicable al sistema financiero.
Que se encuentren suficientemente avanzados para probarse, es decir, que presenten al menos un producto mínimo viable para comprobar su utilidad y viabilidad futura.
Que, aporten valor añadido sobre los usos ya existentes en alguno o varios de los siguientes aspectos:
- Cumplimiento normativo.
- Beneficios de los usuarios de servicios financieros.
- Aumento de la eficiencia de las entidades o mercados financieros.
- Creación de mecanismos para la mejora de la regulación o la supervisión financiera.

El sandbox financiero español depende del Tesoro Público, y a través del mismo, los promotores de los proyectos pueden probar sus soluciones innovadoras en un entorno real de mercado bajo la vigilancia de una o varias autoridades supervisoras. La Secretaría General del Tesoro y Financiación Internacional publica con carácter semestral, mediante resolución en su página web, la convocatoria para solicitar el acceso al sandbox.

El acceso al sandbox comporta varias fases, tal y como se informa en la página web del Tesoro Público:

Presentación de solicitudes de acceso: el acceso al sandbox será convocado mediante una Resolución que el Tesoro publicará en su página web. Una vez abierto el plazo de presentación de solicitudes, los promotores dispondrán de 30 días hábiles para presentar sus proyectos a través de la sede electrónica del Tesoro.
Evaluación previa: finalizado el plazo para la presentación de solicitudes, se procederá a la evaluación previa de las solicitudes por parte de las autoridades supervisoras, para lo cual dispondrán de un mes, ampliable en otro mes adicional si las circunstancias lo justifican.
Negociación del protocolo de pruebas: tras la evaluación previa, se publicará en la página web del Tesoro Público el listado de los proyectos temporalmente admitidos al sandbox. A partir de ese momento, los promotores de los proyectos y las autoridades supervisoras iniciarán la negociación del protocolo de pruebas, documento que recoge las condiciones bajo las cuales se van a llevar a cabo las pruebas.
Periodo de pruebas: una vez suscrito el protocolo, recabados los consentimientos informados de los participantes en las pruebas y activado el sistema de garantías, se iniciará el periodo de pruebas. La duración del periodo de pruebas quedará estipulada en el propio protocolo.
Salida del sandbox: finalizado el periodo de pruebas o durante el mismo, en caso de que fuese necesaria, los promotores podrán solicitar la autorización correspondiente para dar comienzo a la actividad probada. Asimismo, tras finalizar el periodo de pruebas los promotores deberán elaborar una memoria evaluando los resultados de las mismas y la autoridad supervisora competente publicará un informe de conclusiones al respecto. Una vez completado el periodo de pruebas, la Fintech podrá lanzar al mercado el producto con unas condiciones regulatorias claras.

Las Fintech, para conseguir su inclusión en el sandbox, deberán elaborar un proyecto donde cobra especial importancia la memoria, en la que se debe justificar el cumplimiento de la normativa de protección de datos de carácter personal, así como la sumisión a las leyes de prevención del blanqueo de capitales y financiación del terrorismo y, por último, se debe explicar el ámbito de protección de los usuarios de servicios financieros.

El Sandbox es una herramienta voluntaria para que las Fintech prueben sus proyectos en un entorno seguro, pero no es un requisito obligatorio para lanzar sus proyectos. Sin embargo, el respeto a la normativa de protección de datos, prevención de blanqueo de capitales y protección de consumidores sí es ineludible, siendo estas las normas básicas por las que se deben regir las Fintech.